El mundo de los perros

Alimentación

Cuando un perro está comiendo no hay que tocarle. Puede molestarse o enfadarse porque piense que le van a quitar su comida. En algunos perros, su reacción es impredecible: pueden gruñir o ladrar e incluso en algún caso, aunque no es lo habitual, morder a la persona que le ha molestado.

El agua es fundamental en la dieta de tu perro. Acuérdate de que siempre tenga agua limpia y fresca a su disposición, y para ello deberás cambiarla a menudo. No olvides que el recipiente del agua debe estar en un lugar donde no lleguen los rayos del sol o la calefacción. Presta atención especialmente a la hidratación del perro en verano.


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Cuidados

Si lo bañas en casa, utiliza un champú adecuado para el tipo de pelo de tu perro y ten mucho cuidado de que no le entre agua en las orejas porque los oídos de los perros son muy delicados y pueden inflamarse o infectarse. También intenta que no le entre champú en los ojos, para evitar que se le irriten.

Cada cierto tiempo lleva tu perro a la peluquería. Allí los bañan con productos especiales que mantienen su pelo sano y brillante, y les ponen desinfectantes para protegerlos de pulgas y garrapatas. Además, pueden cortarles el pelo o deshacer los nudos que se les forman si es muy largo.

El chip que el veterinario pone bajo la piel de tu mascota es muy importante. Tiene asociado el nombre, la dirección y el teléfono de sus propietarios y todo eso queda guardado en un registro. De esa manera, si tu perrito se pierde y alguien lo encuentra, puede llevarlo a cualquier clínica veterinaria donde le leerán el chip y te podrán localiza

En la calle

El ejercicio es muy saludable para los animales, puedes hacer correr a tu perro tirándole una pelota u otro juguete de manera que vaya a buscarlo y te lo devuelva. Pero si notas que está muy cansado o tiene sed, tienes que dejarle descansar y darle abundante agua

Una de las cosas importantes que tu perro tiene que aprender es caminar siempre a tu lado. Así podrás vigilar que no se adelante y salga, por ejemplo, a la carretera, o bien que se retrasase y tengas que andar continuamente esperándole

Si tu perro es adulto deberás sacarlo a pasear y a hacer pipí como mínimo tres veces al día, aunque algunas razas necesitan salir más veces. En el caso de los cachorros, hay que sacarlos siempre que estén inquietos y, cada vez que hagan pipí fuera de casa, deberás premiarlos y acariciarlos hasta que aprendan que eso es lo que tienen que hacer.

Lleva siempre una bolsita de plástico o un trozo de periódico para recoger las cacas de tu perro, es tu responsabilidad. Recuerda que la calle o el parque es para que todos disfruten de ellos pero también todos debemos mantenerlos limpios y cuidados. Además, ya sabes que en muchos parques hay pipicanes para que tu perro pueda hacer en ellos sus necesidades.

Los Juegos

Como todo ser vivo, tu perro necesita que le dediques un tiempo diariamente para alimentarlo, cepillar su pelo y jugar con él. Son cosas que él no puede hacer por sí mismo, depende de ti para todo y tú debes corresponderle.

Aprende a descifrar su lenguaje corporal, en este caso te está invitando a jugar con él. Si estás ocupado, por lo menos acarícialo y háblale con paciencia, seguro que lo entenderá y esperará a que puedas dedicarle un rato Nunca lo rechaces con malos modales, ni le riñas por eso, se sentirá herido y se pondrá muy triste.

Debes aprender a respetar su descanso aunque tengas ganas de seguir jugando. Piensa siempre que tu mascota tiene, igual que tú, momentos para jugar y otros para descansar. Si lo fuerzas, no se encontrará a gusto y puede que incluso ladre para demostrártelo.

Enséñale a...

Sentarse es una de las primeras órdenes que debe aprender tu perro. Y muy necesaria porque, tanto en casa como cuando estéis en la calle y quieras hacer otra cosa o hablar con alguien, tendrá que esperar tranquilamente sentado a que puedas continuar con el paseo.

Si quieres que dé la patita, enséñale a hacerlo. Verás qué rápido lo aprende. Siéntate en un sitio tranquilo y utiliza toda tu paciencia. Toma en una de tus manos su patita, dile: «la patita, la patita» y prémialo con una caricia o con una galleta para perros. Si lo haces varias veces, cuando vuelvas a decirle esas palabras, te dará la patita él solo, porque querrá el premio.

Todo lo que quieras enseñarle conviene que lo hagas mientras es un cachorro. Los perros jóvenes lo aprenden todo y muy pronto, igual que los niños pequeños. Mientras que, a medida que se hacen mayores, ya tienen sus costumbres y su rutina y les cuesta más aprender cosas nuevas.

Aprende a Conocerlo

Un ruido, un gesto, algo de su entorno lo ha asustado. Trata de averiguar qué ha sido y tranquilízalo. Algunos perros son muy sensibles a cualquier cosa extraña o nueva que ocurra a su alrededor, y ladrar o escapan alarmados. Pero si él nota que tú lo proteges y lo calmas, tendrá confianza y seguridad y ya no sentirá temor.

Cuando un perro gruñe te está avisando que está enfadado. Evita molestarlo y, por el contrario, trata de ver qué es lo que le ha puesto nervioso o ha causado el enfado. Déjalo un rato tranquilo y luego, con mucho cuidado, vuelve a acercarte para comprobar si ya se le ha pasado.

Escarbar agujeros y esconder algo dentro es un comportamiento natural en los perros. Las hembras, cuando están embarazadas, hacen hoyos como si quisieran tener un refugio para sus cachorritos. Y, tanto hembras como machos, pueden querer guardar un hueso, un juguete o escarbar tras la huella de un olor que les llama la atención.

Los juguetes deben ser siempre digeribles o indestructibles. Los perros mordisquean como una forma de investigar su entorno. De pequeños también lo hacen cuando les duelen las encías. Nunca le des para jugar objetos o zapatos viejos porque luego no sabrá diferenciarlos de los nuevos. Cómprale juguetes especiales o huesos para que comprenda que esos sí pueden ser mordisqueados.

A los perros les encantan los mimos en la barriga. Pero no les hace cosquillas, como a veces te pasa a ti. Acaricia a tu perro siempre con suavidad, no des tirones ni pellizcos, traza círculos con las yemas de tus dedos y ráscalo suavemente.

Los perros de caza adoptan esta posición para indicar al cazador que están ante una presa. Primero la perciben con el olfato, que en estas razas es muy fino, nunca ladran y caminan muy silenciosamente para no ahuyentarla. Luego irán a buscar o a «cobrar» la pieza donde haya caído, también orientándose por el olfato y la pondrán a sus pies.