¿Qué hacer si encuentras a un perro perdido o abandonado?
Si encuentras a un perro que anda solo por la calle y no hay nadie a su alrededor, podría tratarse de un perro abandonado, pero también podría ser un perro que se ha perdido o se ha escapado y es posible que su dueño lo esté buscando. Puede que tenga hambre y sed, que pase frío o calor, que acabe atropellado o que provoque un accidente de tráfico. ¿Qué puedes hacer para ayudarle?
Acércarte al perro
Si el perro tiene un aspecto sano y no muestra una actitud agresiva puedes intentar acercarte. Un perro abandonado o perdido está desorientado, puede asustarse con facilidad y huir si intentas acercarte de una forma brusca o directa. Por esta razón es importante que te acerques poco a poco y evitando los movimientos repentinos. Utiliza tonos de voz suaves y evita hablar con un tono amenazante. Si dispones de comida, puedes utilizarla para que el perro se relaje, en lugar que atraerlo hacia ti, es mejor tirar comida lejos de ti. Verás que el perro se irá acercando a ti a medida que coja confianza. Cuando hace calor, puede ser útil también ofrecerle agua para ayudarle a relajarse en tu presencia.
Cuando lo tengas cerca y la actitud del perro sea tranquila puedes intentar acariciarle y sujetarle. Si tiene collar, no parece agresivo y se deja manipular con facilidad, puedes utilizar una correa o una cuerda o sujetarlo con la mano directamente por el collar. Si no tiene collar, puedes improvisar una correa utilizando una cuerda.
Tips: Si el perro está herido o enfermo o muestra signos de agresividad, es mejor quedarse cerca y llamar a la Policía Local, que es la autoridad competente para gestionar la recogida de perros perdidos o abandonados. En su defecto, te derivarán a la protectora municipal. Si quieres proporcionarle los primeros auxilios es importante que sepas cómo manipularlo para evitar hacerle daño y para evitar que te haga daño para defenderse.
Una vez lo hayas cogido, las opciones son dos, dependiendo de si tiene o no la chapa de identificación:
Si tiene la chapa
En la chapa identificativa suele haber el nombre del perro y un teléfono de contacto. Si el teléfono está actualizado y tenéis un poco de suerte, el propietario del perro te contestará a la primera y le podrás comunicar que acabas de encontrar a su perro.
Hay chapas modernas donde no encontrarás un número de teléfono sino un código QR: si tienes un smartphone y escaneas el código puedes acceder a la información que el propietario del perro ha dejado para que lo localicen.
Si el propietario no te contesta, el número no está actualizado o no consigues leerlo o no puedes acercarte ni manipular al perro, puedes actuar como si el perro no tuviera chapa.
Tips: No todos los animales que andan solos están abandonados, sobre todo en las urbanizaciones. Picar a la puerta de alguien de la zona y preguntar si conoce al perro puede ser la manera más rápida de resolver la situación.
Si no tiene chapa
En este caso, puedes quedarte con el perro en el lugar donde lo has encontrado durante un tiempo prudencial: es posible que aparezca el propietario que lo está buscando.
El paso siguiente puede ser llevar al perro a la clínica veterinaria más cercana para comprobar gratuitamente si tiene microchip y así localizar a los propietarios. Si tiene el microchip, el veterinario puede acceder a sus datos y ponerse en contacto con el propietario. Además el veterinario podría reconocer al perro y avisar al propietario, incluso si el perro no tiene el microchip.
Otra opción es llamar a la Policía local, a la Guardia Civil o al Ayuntamiento. Si el propietario está buscando a su perro, es probable que llame a las autoridades locales para dar el aviso del extravío. Además las autoridades locales suelen disponer de un lector de microchip y si el perro lo llevara, se puede contactar enseguida con el propietario de la mascota.
Si el perro no tiene microchip, tanto el veterinario como las autoridades locales pueden avisar al servicio de recogida de perros abandonados o perdidos que trasladará el perro a una perrera municipal y en algunos casos a una protectora.
Tips: Perreras municipales y protectoras no son lo mismo. Las primeras, llamadas también Centros zoosanitarios, son los centros de recogida de animales abandonados proporcionados por la Administración Pública, las segundas son asociaciones sin ánimo de lucro que se dedican a la protección de los animales y que en algunos casos tienen la concesión municipal de la gestión del servicio de recogida de animales abandonados. En la mayoría de perreras los perros suelen ser sacrificados si su propietario no les reclama ni aparece un adoptante antes de que se cumpla un determinado plazo de estancia en el centro. En las protectoras no se practican sacrificios de animales salvo caso excepcionales, como por ejemplo para evitar el sufrimiento de un animal enfermo, así que los perros pueden vivir toda su vida en las instalaciones de una protectora.
Si no tiene microchip
Si el perro no tiene microchip no quiere decir necesariamente que esté abandonado. Puede ser simplemente un perro perdido. Sin embargo, la ausencia de identificación reduce las posibilidades de volver a encontrar al animal. En esta situación, además de contactar con el servicio de recogida contratado por el Ayuntamiento, quedan otras opciones:
- puedes ponerte en contacto con las protectoras locales para saber si alguien ha llamado para notificar su desaparición. Sin embargo, la mayoría de protectoras está saturada y no se puede hacer cargo del perro hasta que se encuentra a su propietario.
- puedes hacerte cargo temporalmente del perro mientras difundes la noticia de que lo has encontrado o también puedes ayudarle a encontrar un nuevo hogar. Puedes preparar carteles y colgarlos en clínicas veterinarias y establecimientos de la localidad donde lo has encontrado y de las localidades vecinas. Puedes publicar también un anuncio en páginas de Internet dedicadas a los animales perdidos. Incluso las protectoras locales te pueden ayudar a difundir tu mensaje.
- puedes ofrecerle tu hogar y hacer los trámites para adoptarlo.
El abandono o un extravío posiblemente es una de las experiencias más traumáticas que puede vivir un animal de compañía. Con tu ayuda e implicación puede ser menos traumática.